La Deficiencia de Energía Relativa en el Deporte, conocida como REDs, ha cobrado relevancia en el ámbito deportivo desde su introducción por el Comité Olímpico Internacional (COI) en 2014. Este modelo describe cómo la baja disponibilidad de energía (LEA) puede afectar negativamente la salud y el rendimiento de los atletas. Sin embargo, a pesar de su creciente popularidad, la evidencia científica que respalda este modelo sigue siendo limitada.
Un aspecto crucial del debate sobre REDs es la dificultad para medir con precisión la disponibilidad de energía en un entorno práctico. La mayoría de los estudios realizados hasta la fecha son observacionales y utilizan cuestionarios que pueden no reflejar la realidad de los atletas. Además, menos del 10% de la investigación se basa en ensayos controlados aleatorios, que son esenciales para establecer relaciones causales. Esto plantea interrogantes sobre la validez de las afirmaciones que vinculan LEA con diversas consecuencias para la salud, como problemas óseos y hormonales.
Es importante reconocer que los síntomas asociados con REDs pueden ser multifactoriales.
Factores como la salud mental, el sueño, las lesiones y las condiciones clínicas no diagnosticadas también pueden contribuir a los problemas de rendimiento y salud en los atletas. Por lo tanto, es fundamental adoptar un enfoque más holístico que considere todas las posibles causas de estos síntomas.
A medida que la conversación sobre REDs continúa evolucionando, se hace evidente la necesidad de más investigación empírica y de un enfoque colaborativo entre investigadores, médicos y entrenadores. Solo así podremos comprender mejor la complejidad de la salud y el rendimiento en el deporte, y garantizar que los atletas reciban el apoyo adecuado para su bienestar. La ciencia detrás de REDs aún está en desarrollo, y es vital seguir cuestionando y explorando este importante tema.
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