Para que un proceso de coaching nutricional tenga éxito es necesario conduir la conversación por una serie de etapes que llevan a nuestro paciente desde la situación actual a la deseada. Como coach, una de las habilidades que debes desarrollar es la de poner orden al discurso del paciente siguiendo una secuencia de etapes que hacen que el proceso de coaching fluya. Uno de los propósitos del proceso de coaching nutricional es el de clarificar el deseo del paciente, convertir su sueño en un objetivo alcanzable.
El paciente que acude para contratar un proceso de coaching nutricional, normalmente tiene una maraña de ideas confusas en su cabeza al respecto de lo que quiere conseguir y de las barreras que le impiden lograrlo. En Nutritional Coaching trabajamos con un modelo llamado ODIBROPA que nos permite organizar esas ideas y llevar a nuestro paciente por diferentes etapas. En un proceso de coaching nutricional empezaremos por trabajar el objetivo de nuestro paciente.
Para ello le formularemos preguntas como las siguientes:
¿Cuál es el objetivo que quieres alcanzar?
¿Cuál es el problema que quieres solucionar?
El proceso de coaching continúa por tener claro el para qué esa persona quiere hacer un cambio en su alimentación:
¿Para qué quieres mejorar tu alimentación?
¿De qué manera va a mejorar tu vida y las cosas que te importan cuando mejores tu alimentación?
¿Qué te hace apostar por el cambio en lugar de quedarte como estás?
Una vez pones luz sobre la verdadera importancia que tiene el objetivo para el paciente, el proceso de coaching avanza clarificando también cuáles son las barreras que el paciente debe vencer para alcanzarlo.
¿Cuál es la principal barrera que te impide llevar una alimentación saludable?
La mayoría de las personas que quieren mejorar sus hábitos alimentarios se encuentran en su camino con una o varias barreras: hambre emocional, falta de planificación, vida social… Durante el proceso de coaching nutricional ponemos encima de la mesa esas barreras, anticipándonos a ellas siempre que podamos y ensayando estrategias que nos permitan vencerlas.
Pero ojo! Durante el proceso de coaching nutricional no solo nos fijamos en los puntos débiles, sino que ponemos mucho más énfasis en los puntos fuertes de nuestro paciente. Queremos que nuestro cliente se sienta fuerte y para ello lo guiamos para que reconozca sus propias fortalezas. Esos puntos fuertes siempre han estado ahí, pero no era capaz de verlos. El coach lo que hace es poner luz en una serie de zonas sombrías que no dejan ver al paciente cuál es el camino que puede seguir. Las preguntas del coach son como una potente linterna que enfoca la habitación oscura en la que se encuentran todas las respuestas, las soluciones a sus barreras:
¿Qué pequeño cambio consideras que puedes hacer en tu alimentación que suponga un impacto significativo?
¿Cuál te ha supuesto menos esfuerzo en otras ocasiones?
De esas preguntas van surgiendo opciones, posibilidades que la persona va considerando, y de entre las que escoge las que considera más oportunas. Hacia el final de la sesión, lo que en un momento del proceso era una opción, se convierte en un compromiso. Las sesiones en un proceso de coaching finalizan con un compromiso o compromisos de acción.
El proceso de coaching ayuda a tenerlo todo más claro y a que el camino se empiece a despejar. El paciente ya no se siente bloqueado y esa claridad le permite empezar a dar el primer paso. Ese primer paso, por pequeño que sea, es muy importante, ya que le lleva a una inercia positiva que desencadena más cambios en positivo.
Si quieres aprender a conducir un proceso de coaching nutricional te invitamos a participar en nuestras formaciones. Puedes consultar nuestra oferta formativa en este link.
Para saber más: Coaching nutricional. Haz que tu dieta funcione.
Yolanda Fleta
Co-fundadora Nutritional Coaching
Un comentario
Fantástico me apasiona el tema y me encantaría formarme con vosotros