Lesiones musculares
Las lesiones musculares son parte del día a día en el mundo del deporte, y aunque su impacto físico es evidente, también generan consecuencias emocionales y económicas tanto para los atletas como para las instituciones deportivas. Por eso, acortar el tiempo de recuperación es una prioridad, y una de las estrategias menos explotadas pero con gran potencial es la intervención nutricional.
Durante la lesión
Durante una lesión muscular se desencadenan una serie de fases fisiopatológicas:
- inflamación
- proliferación
- remodelación
Estos procesos implican la activación del sistema inmune, la regeneración celular y la formación de nuevas fibras musculares. Si bien la inflamación es esencial para la reparación, también puede prolongar el daño si no se regula adecuadamente.
Una correcta nutrición puede influir de forma significativa en cada una de estas etapas. Por ejemplo, aminoácidos como la leucina activan rutas celulares (como la mTOR) que promueven la síntesis proteica, fundamental para evitar la atrofia muscular. Asimismo, alimentos como la cúrcuma o el extracto de cereza ácida, han mostrado en estudios reducir marcadores inflamatorios como TNF-α o IL-6, sugiriendo su rol como inmunomoduladores naturales.
La inmovilización posterior a una lesión
La inmovilización posterior a una lesión puede generar pérdida de masa muscular, acumulación de grasa abdominal, resistencia anabólica y alteraciones en la flexibilidad metabólica. Estos efectos negativos pueden minimizarse mediante un adecuado aporte de proteínas, ajuste calórico personalizado y, eventualmente, el uso de suplementos.
Estudios en contextos como sarcopenia o recuperación postquirúrgica han demostrado beneficios de suplementos como whey protein, monohidrato de creatina, HMB y vitamina D. Aunque aún no hay evidencia directa en lesiones deportivas, los resultados indirectos son alentadores. Por ejemplo, la creatina ha mostrado mejorar la fuerza y el área muscular tras la inmovilización, y el HMB ha sido más eficaz que la leucina en reducir el catabolismo muscular.
Tal como remarcan, Jaume Giménez y Tania Paliakova en su libro,
Alimentación y Rendimiento Deportivo, un punto clave es la personalización de la estrategia nutricional. Cada deportista lesionado requiere una pauta individualizada que contemple el tipo de lesión, su etapa de recuperación y el gasto energético real (que puede aumentar por la propia cicatrización). Ajustar la cantidad y distribución de proteínas, reducir hidratos de carbono y asegurar micronutrientes esenciales son pilares básicos.
Por último, no se puede ignorar el componente emocional. La ansiedad y la depresión durante la rehabilitación pueden influir negativamente en la alimentación, por lo que el acompañamiento psicológico también es recomendable.
En resumen, la nutrición debe dejar de ser la gran olvidada en el tratamiento de lesiones deportivas. Integrarla de manera estratégica puede no solo acelerar la recuperación, sino mejorar su calidad, prevenir complicaciones y reducir costos. Aún falta evidencia específica en atletas, pero el camino está claro: una buena alimentación es una aliada poderosa para volver más fuertes tras una lesión.
Àngels Massana. Nutricionista en Nutritional Coaching
Si deseas más información puedes consultar nuestros servicios
Si deseas formarte con nosotros puedes visitar puedes visitar nuestra web
Puedes escribirnos a info@nutritionalcoaching.com o llámanos al +34 932 503 858