Carbohidratos y mujeres deportistas
El miedo a los carbohidratos, o “carbofobia”, parece haberse extendido ampliamente entre la población durante los últimos años, sobre todo entre las mujeres deportistas. Pero ¿por qué les tenemos miedo?
En primer lugar, debemos entender qué son los carbohidratos y qué funciones vitales ejercen en nuestro organismo. Los carbohidratos son sustancias contenidas en los alimentos formadas por carbono, hidrógeno y oxígeno, y pueden clasificarse en función del número de monosacáridos – la unidad más pequeña – que contienen. Los monosacáridos son la glucosa, la fructosa y la galactosa, y estos pueden agruparse dando lugar a los disacáridos (maltosa, sacarosa y lactosa) y los polisacáridos (distintos tipos de carbohidratos). Seguramente ya te suene alguno de estos extraños nombres.
En referencia a las funciones, aunque la principal es el aporte de energía, no es la única. También actúan como reguladores de determinadas vías metabólicas, forman parte de moléculas con diversas funciones en el organismo y son elementos estructurales de nuestros tejidos. Además, forman un almacén de energía en los músculos y el hígado: los depósitos de glucógeno. Éste es clave para el rendimiento deportivo y para la salud.
Una vez entendido esto, vayamos a hablar sobre lo que más nos interesa: la alimentación y el deporte.
Los alimentos ricos en hidratos de carbono son muy variados; cereales y derivados, tubérculos, legumbres, frutas, verduras, hortalizas, etc. No obstante, no todos contienen únicamente este macronutriente ni se digieren y absorben de la misma manera. Algunos se absorben rápidamente y hacen que la glucemia (niveles de glucosa en sangre) aumente y disminuya con rapidez, mientras que otros lo hacen de forma más lenta y duradera.
Ejemplos de clasificación de carbohidratos
- Absorción lenta: arroz, pasta y pan integrales, copos de avena y legumbres. Es decir, alimentos ricos en fibra e integrales.
- Absorción rápida: arroz blanco, pasta blanca y panes blancos, cereales refinados, frutas deshidratadas y zumos.
Carbohidratos y deporte
Vamos a enlazarlo con el deporte. Durante la actividad física ocurren muchos cambios hormonales y metabólicos que obligan a nuestro cuerpo a producir la máxima energía posible, siendo la liberación de glucosa al torrente sanguíneo desde el hígado un proceso de suma importancia para la producción de energía en las células musculares (para poder llevar a cabo la contracción muscular). Cuando estos depósitos hepáticos disminuyen, se acelera el proceso de fatiga muscular y, por lo tanto, el organismo intenta obtener la energía de otra fuente distinta: las grasas.
Entonces, como puedes ver, una ingesta insuficiente de hidratos de carbono en población deportista se asocia a peor rendimiento y recuperación. Asimismo, también se asocia a alteraciones en los niveles de hormonas, a efectos negativos en el sistema inmunitario, la inflamación, el metabolismo e incluso a una peor salud ósea.
Lo comentado en el párrafo anterior hace referencia a toda la población deportista, tanto femenina como masculina; pero en nuestro caso, ¿por qué es aún más importante realizar una ingesta suficiente de energía y, más concretamente, de carbohidratos?
Comer demasiado poco (en estos casos, mayoritariamente por falta de carbohidratos) tiene sus consecuencias negativas tanto en la salud como en el rendimiento, pudiendo dar lugar a una deficiencia energética o baja disponibilidad energética – LEA, por sus siglas en inglés-.
Es importante, sin embargo, que este concepto se diferencie del déficit calórico adecuado, que tiene como principal objetivo la pérdida de grasa y nunca debe ser tan grande como para llegar a un estado de deficiencia energética.
Esta baja disponibilidad energética, por consiguiente, puede dar lugar a la conocida como “tríada de la mujer deportista”; ¿te suena? Este concepto agrupa tres problemas de salud presentes en muchas deportistas: amenorrea, osteoporosis y trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Al no disponer de energía suficiente, ciertos parámetros del organismo, más allá de los recogidos en la tríada, comienzan a deteriorarse de manera progresiva. Por este motivo, la tríada ha dado paso al concepto de deficiencia energética relativa en el deporte – RED-S, de sus siglas en inglés –.
El modelo actual de deficiencia energética relativa en el deporte engloba diez consecuencias que un estado de deficiencia energética tiene en nuestra salud: consecuencias inmunológicas, de la función menstrual (amenorrea hipotalámica), de la salud ósea, endocrinas, metabólicas, hematológicas, de crecimiento y desarrollo, psicológica, cardiovasculares y gastrointestinales.
Estas ocurren porque el hipotálamo, que actúa como “director de orquesta de nuestro organismo”, detecta que la energía de la que dispone nuestro cuerpo es insuficiente y lo establece en “modo de ahorro de energía”. Para ello, se priorizan las funciones esenciales para sobrevivir, como el mantenimiento celular, la termorregulación y la locomoción; apagando las que no son vitales – a menos a corto plazo – como la reproducción y el metabolismo óseo.
Otras consecuencias relacionadas con el deporte
Además, a parte de las consecuencias mencionadas anteriormente, existen otras consecuencias relacionadas con el deporte:
- Disminución del rendimiento de resistencia
- Disminución de la respuesta al entrenamiento
- Disminución de la coordinación y concentración
- Disminución de los depósitos de glucógeno
- Disminución de la fuerza muscular
- Aumento del riesgo de lesión
- Irritabilidad y depresión
Por lo tanto, recapitulemos: la deficiencia energética relativa en el deporte (RED-S) es un amplio concepto que hace referencia a las deficiencias en nuestra función fisiológica debido a la baja disponibilidad de energía, causadas por un déficit calórico. En mujeres concretamente, un indicador clave es la amenorrea o ausencia de menstruación, con las consecuencias que este hecho conlleva. Por esta razón, y como hemos comentado unas líneas más arriba, se introdujo el concepto de la “tríada de la mujer deportista” (recordemos: amenorrea, osteoporosis y trastornos de la conducta alimentaria) dentro de la RED-S.
Cuanta información, ¿verdad? No debes asustarte, al fin y al cabo, se trata de conocer tu cuerpo y, junto con un profesional, personalizar tu alimentación según tus entrenamientos.
Recomendaciones y consejos para el consumo de hidratos de carbono según tu entrenamiento
te dejamos algunas recomendaciones y consejos sobre el consumo de hidratos de carbono según tu nivel de entrenamiento, para que puedas hacerte una idea general de cómo debería ser tu ingesta:
- Si tu nivel de entrenamiento es leve (baja intensidad o habilidad): 3-5 g CH/kg peso corporal/día
- Si tu nivel de entrenamiento es moderado (1 h/día; moderada intensidad): 5-7 g CH/kg peso corporal/día
- Si tu nivel de entrenamiento es alto (1-3 h/día; moderada-alta intensidad): 6-10 g CH/kg peso corporal/día
- Si tu nivel de entrenamiento es muy alto (> 4 h/día; moderada-alta intensidad): 8-12 g CH/kg peso corporal/día
En resumen, debes adaptar siempre tu alimentación a tus entrenamientos y asegurarte de realizar una ingesta energética suficiente, sobre todo de carbohidratos, teniendo en cuenta la clasificación que hemos comentado y el momento del día en que los consumas. Recuerda que la nutrición es el entrenamiento invisible de los deportistas, por lo que debe ser un aspecto muy importante en tu día a día.
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Bibliografía
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Castroviejo M. Alimenta tus metas: guía de nutrición para mujeres activas. Primera edición. Barcelona: Editorial Planeta; 2021.
Mountjoy M, Sundgot-Borgen J, Burke L, et al. The IOC consensus statement: beyond the Female Athlete Triad—Relative Energy Deficiency in Sport (RED-S). British Journal of Sports Medicine 2014; 48:491-497.
Jevons, E. Deficiencia energética relativa en el deporte, ¿qué es y cómo afecta a los atletas? [Internet]. Science in Sport; 2021 [consultado 18 de febrero de 2022]. Disponible en: https://www.scienceinsport.com/es/sports-nutrition/2021/03/17/deficiencia-energetica-relativa-en-el-deporte/