Os presentamos el testimonio de una estudiante de nuestra formación en Coaching nutricional. Muchísimas gracias!
En general los clientes que acuden a sesión son personas con un largo historial de dietas a sus espaldas. Se trata de pacientes que han probado miles de dietas restrictivas, milagro, pautadas por endocrinos, por revistas, etc. y ninguna les ha funcionado. En el mejor de los casos han podido “aguantar” unas semanas y han terminado recuperando, no solo el peso perdido sino aumentándolo, llegando a la conclusión de que esas dietas restrictivas no funcionan, y acudiendo a nosotros, casi como ultima opción, a la desesperada.
Hasta ahora a la población se nos había “vendido”, por parte de los expertos, que el control de peso se regía por una simple ecuación matemática: tanto entra, tanto sale, o el famoso menos plato y mas zapato. Sin embargo, los estudios recientes están demostrando que la obesidad es un problema multifactorial y por tanto no puede restringirse simplemente a un control de ingesta de calorías, como se pretende abordar desde el enfoque de las dietas restrictivas. Es necesario trabajar con la persona desde otra óptica y es ahí donde el coaching nutricional juega un papel importante.
Cuando llega un cliente a consulta y nos tomamos muestro tiempo para crear rapport con él, para entenderle, para generar empatía con él, etc. podemos darnos cuenta de que en realidad ellos no necesitan que les proporcionemos solamente un menú de dieta y una tabla de ejercicios, sino que entre otras cosas reclaman:
- Que se les trate como adultos, eliminando la distancia entre experto “sabelotodo y en posición de la verdad” y paciente que no entiende nada y al que hay que educar, guiar, regañar si no pierde el peso esperado o si no es capaz de seguir las instrucciones que se le han dado.
- Que necesitan sentirse dueños de su proceso, de sus metas, no que el experto le diga cuantos kilos le sobran o cuantas horas debe ir al gym, sino que sea el cliente el que determine en función de sus valores que desea conseguir en su proceso. En realidad, el cliente es el actor principal de la película y no el ego del especialista.
- En la medida en que el cliente se sienta responsable de su propia salud podrá empezar a tomar un papel activo en su proceso y pasivo como simple ejecutor de acciones impuestas. Este punto es de vital importancia para trabajar aspectos como la motivación, pero no de una forma externa sino con un locus interno.
- El cambio de observador hace que el tipo de preguntas que se les planteen también sean desde otra perspectiva. Se pretende que no sean preguntas cerradas, sino que les permitan expresarse, dar su opinión, hacerse, no sólo partícipes, sino también dueños del proceso a través de sus deseos. Y por otro lado esas preguntas no deben presentarse desde el “por qué” que implican justificaciones y llevan al pasado o al presente, sino desde el “cómo”, ya que ayudan al cliente a centrarse en el presente y en su futuro deseado.
Finalmente, el coaching nutricional, a diferencia del método tradicional, no se centra solamente en solucionar el problema que el cliente tiene, ya que hay que recordar que muchas vences ya lo ha solucionado, al menos temporalmente, es decir, ha conseguido perder peso, sino que nos focalizamos en ayudarle a lograr un cambio de comportamiento que le permita mantener unos hábitos saludables perdurables en el tiempo.
Ana Morales
– Estudiante Certificación Coaching Nutricional Nivel experto
– Certificada en Coaching nutricional nivel 1
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