Los probióticos son uno de los temas más candentes cuando hablamos de nutrición y salud. Miles de publicaciones entre libros, artículos científicos y, otros, no tan científicos han visto la luz en la última década haciendo de la microbiota un trending topic.
El mercado está copado por todo tipo de suplemento probiótico, de entre ellos algunos con un objetivo claro y con evidencia detrás y otros con un amplio abanico de promesas. Por eso, es importante entender las claves para, en caso de querer suplementarse, hacerlo adecuadamente.
Como casi todo en el ámbito de la salud hay que analizarlo haciéndonos varias preguntas: ¿Qué? ¿Cuánto? ¿ Cuántos? ¿Para qué?
- ¿Qué? Antes de tomar, incluso de comprar, un probiótico tenemos que saber en que se basa la composición de este. ¿Por qué? Porque no todo sirve; un género como por ejemplo el Lactobacillus, ampliamente utilizado tiene varias especies como por ejemplo el Lactobacillus Sakei y este a su vez varias cepas como por ejemplo la CJB38, la CJB46 y la CJLS03. Así que si en la etiqueta del complemento no aparecen las cepas, vete pensando en mirar una mejor alternativa.
- ¿Cuánto? Los beneficios asociados a las distintas cepas son dosis-dependiente, o sea, que deben ser “administrados en una cantidad adecuada” según la FAO/OMS.
- ¿Cuántos? De nada sirve tomar un complemento con más de 15 especies distintas si ni siquiera se nos especifica qué cepas son las que contiene. Más vale poco conocido que mucho sin conocer…
- ¿Para qué? No es lo mismo tomarlo por querer estar más saludable que como tratamiento coadyuvante en un brote de Crohn. Asegúrate que hay evidencia respaldando que la cepa que contiene ha tenido efecto sobre la población objetivo.
Ilustrando esto con el ejemplo de las distintas cepas de Lactobacillus Sakei: Ji Joseph y colaboradores plantearon un estudio con el objetivo de verificar si el potencial anti-obesogénico que supuestamente tenía esta especie era cierto. Los resultados arrojaron que apenas una de las tres cepas estudiadas brindaba al modelo animal de estudio ese efecto anti-obesogénico y, no solo eso sino que este efecto era dosis-dependiente y dosis menores a la óptima apenas mejoraba la salud de los modelos animales.
Hace falta todavía mucha más investigación respecto a todos los probióticos que se están comercializando puesto que muchos de ellos cuentan con garantías de seguridad pero no de eficiencia. Antes de empezar a tomar cualquier complemento probiótico consulta con un profesional, especialmente en caso de antecedentes patológicos.
Si tienes cualquier duda sobre los probióticos y otras estrategias para optimizar tu salud, no dudes en contactar con nosotros.
Marc Beato
Bibliografía:
- Ji Y, Chung YM, Park S, Jeong D, Kim B, Holzapfel WH. Dose-dependent and strain-dependent anti-obesity effects of Lactobacillus sakei in a diet induced obese murine model. PeerJ. 2019; 7(e6651):e6651.
- Delcenserie V, Martel D, Lamoureux M, Amiot J, Boutin Y, Roy D. Immunomodulatory effects of probiotics in the intestinal tract. Curr Issues Mol Biol. 2008;10(1–2):37–54.