Practicar mindfulness y mindful eating tiene unos beneficios increíbles. Y no lo digo yo, sino las imágenes de resonancia magnética que muestran lo que sucede en nuestro cerebro cuando lo practicas. A pesar de lo que digan esas imágenes, quizás eres de los que al enterarte de que el mindfulness es un tipo de meditación, crees que no es para ti porque te viene a la mente la idea de una persona sentada con las piernas cruzadas y los dedos juntos intentando poner la mente en blanco. Solo de pensar en intentarlo te pones más nervios@.
No se trata de eso, ni mucho menos! De hecho es imposible dejar la mente en blanco. La función de la mente es pensar, recordar, imaginar, prestar atención… La mente necesita estar haciendo algo. De forma que no somos capaces de no pensar en nada. Aunque lo intentes con mucho ahínco, al cabo de pocos segundos habrá algún pensamiento que asalte tu mente. Pruébalo! Intenta no pensar en nada y dime cuánto tiempo tarda en venir el primer pensamiento.
Por eso, el mindfulness y el mindful eating lo que pretenden no es que tu mente se quede en blanco, sino darle algo que hacer de forma sostenida e intencionada: observas tu respiración u observas de forma atenta cómo comes una pasa, por ejemplo. Te entrenas prestando atención a una sola cosa, en lugar de divagar o ir saltando de un pensamiento a otro como si tu mente fuera un monito que va de liana en liana (monkey mind). Esto que parece tan sencillo en realidad es bastante difícil de conseguir, sobretodo en la era de la multitasking, en la que lo más normal es que hagamos muchas cosas a la vez: camino, miro el móvil y como todo al mismo tiempo, por ejemplo.
Beneficios del mindfulness y mindful eating
Esta cantidad enorme de inputs en nuestro cerebro lo que nos provoca es mucha distracción, saturación e incapacidad de prestar atención a una sola cosa. ¿A quien no le ha ocurrido el pasarse 15 minutos buscando las llaves del coche o el móvil antes de salir de casa porque no recuerdas donde lo has dejado? No lo recuerdas porque cuando lo hiciste estabas funcionando en piloto automático, y aunque tu cuerpo estaba dejando las llaves, o el móvil, en algún sitio, tu mente se había ido a resolver alguna otra cuestión. Eso ya no te pasa cuando empiezas a practicar mindfulness. Estos son los beneficios que obtienes cuando lo practicas:
- Mayor claridad
- Más energía mental
- Más capacidad para prestar atención
- Una agradable sensación de paz y relajación.
Cuando hablamos de mindful eating, nos referimos a trasladar esa capacidad de prestar atención al acto de comer. Lo contrario es el mindless eating o el comer sin conciencia o con el piloto automático puesto. Esa sensación de no ser capaz de controlar lo que estás comiendo, ese momento en el que te has acabado una tableta de chocolate o un plato de macarrones y no recuerdas cómo ha sido. Cuando practicas el midfulness y mindful eating empiezas a experimentar una serie de beneficios:
- Eres más consciente de tus señales de hambre y saciedad.
- Tienes más capacidad de elegir cuando comer y cuando parar.
- Disfrutas más el sabor de los alimentos.
- No hay alimentos prohibidos, sino algunos alimentos de los que eliges comer de vez en cuando y en la cantidad correcta.
Te invitamos a incorporar el mindfulness y el mindfulness eating en tu vida y empezar a vivir con más atención e intención. Nosotros te ayudamos a hacerlo, si te apetece.
Yolanda Fleta
Nutritional Coaching
@yolandanutritionalcoaching