La meditación, ¿es realmente una solución anti-estrés?

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Nos encontramos en un momento de la historia en que el desarrollo tecnológico, económico y social a nivel global es imparable. Sin embargo, esto condiciona a gran parte de la población a problemas como falta de tiempo para cocinar alimentos saludables, sedentarismo durante las horas de trabajo, peor calidad de sueño, pudiendo derivar todo esto en un estrés cronificado.

Todos estos problemas se sufren de forma subjetiva, especialmente la respuesta al estrés. Sin embargo, lo objetivo de esta respuesta es que activa unas determinadas áreas del cerebro y libera unos biomarcadores concretos. Esta respuesta se caracteriza por una activación del llamado sistema nervioso simpático. Este, ha sido necesario a nivel evolutivo pero, cuando lo tenemos activado de forma crónica, nos condiciona a sufrir irritabilidad, irascibilidad, sensación de descontrol o posibles síntomas depresivos mediante una hormona llamada cortisol.

La comunidad científica tiene un creciente interés con una técnica que, acompañada de la integración de hábitos saludables, podría mitigar ese efecto negativo del estrés sobre nuestro organismo e incluso brindarnos beneficios si la practicamos de forma recurrente y efectiva. Esta técnica es el mindfulness basado en la meditación.

El término meditación engloba muchas modalidades distintas, desde una metodología basada en mantener el foco atencional (como por ejemplo el MBSR) hasta una en la que se deja a la mente divagar. El Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR), propuesto por Jon Kabat Zinn, se basa en trabajar la capacidad de enfocarnos en solo un paradigma, principalmente en nuestra respiración, tratando de dejar a un lado otros pensamientos.

Esta capacidad de minimizar los procesos mentales permite darle prioridad al sistema nervioso parasimpático que es el compensador del ya citado simpático. Esta activación del parasimpático está relacionada con una mayor relajación, capacidad antioxidante, incluso influir de forma positiva sobre nuestro eje intestino-cerebro a través del nervio vago que es la nave nodriza del parasimpático.

Varios estudios han formulado hipótesis sobre cómo la meditación puede influenciar positivamente nuestra bioquímica: reducir el estrés y la inflamación. Uno se ha practicado en sujetos con trastorno de ansiedad generalizada analizando como una intervención de apenas 8 semanas con MBSR a diario más un día semanal de retiro tuvieron una reducción significativa de marcadores de estrés e inflamación en comparación al grupo control que  realizó un programa educacional (1).

Vista la evidencia actual, podría ser interesante introducir técnicas de mindfulness como la meditación MBSR con la finalidad de apagar ese interruptor que constantemente tenemos encendido haciendo que nuestro cerebro se encuentre sobreestimulado y no permitiéndole darse el descanso que se merece, llegando a una situación de “distress”.

Toda esta información parece muy interesante pero a nivel particular tenemos que valorar de forma individual como introducir progresivamente estas técnicas. Mejor empezar por algo sencillo como mantener el foco en el control de nuestra respiración. Esto lo podemos hacer en multitud de sitios: al principio necesitaremos lugares más silenciosos y tranquilos como una sala de espera, la salita del café de la oficina o una habitación en tu casa. Cuanto más lo vayas practicando mayor será la capacidad de foco y, ¡hasta lo podrás llegar a hacer en el transporte público!

En conclusión, trabajar nuestro foco atencional a parte de los beneficios que nos puede dar a nivel de salud nos permite poder mantener la capacidad de concentración cuando tenemos que hacer una tarea demandante. A la vez es un modo de ser más capaces de combatir a los llamados “ladrones de atención” como podría ser la notificación que hace que tus ojos se vayan instantáneamente a la pantalla de tu móvil.

Por último pero no menos importante, destacar que pese a obtener beneficios de practicar estrategias de mindfulness es muy recomendable acompañarlo con una alimentación basada en alimentos saludables, actividad física de forma recurrente y descansar de forma adecuada para lograr un estado de salud óptimo.

 

Para profundizar mucho más en estrategias de mindfulness consulta nuestra oferta formativa en Nutritional Coaching Institute donde podrás encontrar certificaciones en Mindfulness y Mindful Eating, Coaching Nutricional o Estrategias desde el enfoque No-dieta.

En nuestro libro Alimentación Consciente encontrarás todo un plan detallado de 8 semanas para que puedas beneficiarte de las actividades que propone el MBSR.

 

Para más información nos puedes contactar a través de info@nutritionalcoaching.com

Marc Beato

@nutreasier

 

Bibliografía

  1. Hoge EA, Bui E, Palitz SA, Schwarz NR, Owens ME, Johnston JM, et al. The effect of mindfulness meditation training on biological acute stress responses in generalized anxiety disorder. Psychiatry Research. 2018; 262:328–32. DOI: 10.1016/j.psychres.2017.01.006

 

 

 

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